Introducción
La temporada de incendios forestales en Canadá ha comenzado de manera alarmante, con datos que indican un aumento significativo en la cantidad de focos de calor y hectáreas quemadas. Este fenómeno no solo afecta al medio ambiente canadiense, sino que también tiene repercusiones en los mercados europeos y españoles, especialmente en lo que respecta a la calidad del aire y el cambio climático.

Estado actual de la temporada de incendios en Canadá
Recientes informes basados en datos satelitales han mostrado que, hasta principios de junio de 2023, Canadá ha registrado cuatro veces más focos de calor de lo habitual para esta época del año. Desde que comenzaron las mediciones en 2012, este es uno de los peores comienzos de temporada [1]. Según el Centro Canadiense de Incendios Forestales, alrededor de 200 incendios están activos y han consumido aproximadamente 19,900 kilómetros cuadrados de terreno, la mayoría en la última semana [3].

Causas del aumento de incendios
Las condiciones climáticas están profundamente relacionadas con el aumento de la actividad incendiaria. Un final cálido y seco en mayo y principios de junio ha contribuido a esta situación. Liam Buchart, especialista en clima de incendios del Servicio Forestal Canadiense, ha señalado que el cambio climático juega un papel crucial al facilitar la propagación de los incendios. Aunque el 90% de los incendios en Manitoba este año son causados por humanos, el clima extremo facilita su expansión [2][4].

Impacto en Europa y España
Los incendios forestales en Canadá tienen implicaciones directas en Europa, ya que el humo y la contaminación pueden cruzar el Atlántico, afectando la calidad del aire en países europeos, incluyendo España. Esto podría tener repercusiones en la salud pública y en la producción agrícola, ya que la calidad del aire es esencial para el crecimiento de los cultivos. Por lo tanto, es fundamental que los mercados europeos estén preparados para afrontar estos desafíos emergentes.
Perspectivas futuras
Las proyecciones meteorológicas sugieren que las condiciones cálidas y secas continuarán en Manitoba, Saskatchewan y Alberta durante al menos una semana más. Además, se espera que julio y agosto sean más cálidos y secos de lo normal en gran parte de Canadá [5]. Esto podría indicar que la temporada de incendios seguirá siendo intensa, lo que representa un desafío tanto ambiental como económico.
Conclusión
La temporada de incendios forestales en Canadá ha comenzado con cifras alarmantes, reflejando no solo un problema local sino también un desafío global que afecta a la calidad del aire y a los mercados europeos. La interconexión entre estos eventos y el cambio climático subraya la necesidad de una respuesta coordinada a nivel internacional para mitigar sus efectos.
Fuentes
Sobre la autora
Martina Torres es una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal, especializada en asuntos globales y política internacional.