La Universidad de Toronto acepta acoger a estudiantes de Harvard afectados por las restricciones de visa de Trump
En un contexto de incertidumbre política y regulatoria, la Universidad de Toronto ha acordado un plan para albergar a estudiantes internacionales de Harvard que se enfrentan a restricciones de visa impuestas por la administración de Donald Trump. Este acuerdo busca ofrecer una solución viable a los estudiantes que podrían verse incapacitados para continuar sus estudios en los Estados Unidos debido a la situación legal actual.

El acuerdo entre Harvard y la Universidad de Toronto
Este pacto, que involucra a la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard y la Escuela Munk de Asuntos Globales y Políticas Públicas de la Universidad de Toronto, se ha establecido como una respuesta directa a la batalla legal que enfrenta Harvard con el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. Tras la revocación de su capacidad para inscribir a estudiantes internacionales, Harvard ha buscado alternativas para garantizar la continuidad educativa de sus alumnos.
Jeremy Weinstein, decano de la Escuela Kennedy, expresó en una carta a los estudiantes que el objetivo de estos planes es aliviar las preocupaciones de aquellos que podrían no poder ingresar a EE. UU. para completar sus estudios. Sin embargo, el programa formal solo se implementará si existe "suficiente demanda" por parte de los estudiantes afectados [3].

Impacto en los estudiantes internacionales
Este acuerdo es significativo, ya que aproximadamente el 25% de los estudiantes de Harvard provienen de fuera de EE. UU., representando una fuente clave de financiación para la institución. La posibilidad de que estos estudiantes completen sus estudios en Canadá refleja no solo la colaboración entre instituciones académicas, sino también la adaptabilidad del sistema educativo ante desafíos externos [5].
Los estudiantes de Harvard que deseen participar en este programa deberán solicitar permisos de estudio canadienses y se inscribirán como estudiantes a tiempo completo, aunque no obtendrán un título académico de la Universidad de Toronto. Este programa será accesible solo para aquellos estudiantes que ya hayan completado un año de estudios en EE. UU. [7].

Perspectiva para el futuro
La Universidad de Toronto ha asegurado que este acuerdo no afectará la disponibilidad de espacios para sus propios estudiantes en ningún programa académico o en la residencia universitaria. A pesar de que Canadá también ha impuesto un límite en el número de estudiantes internacionales y ha reducido la cantidad de visas emitidas, la cooperación entre Harvard y la Universidad de Toronto podría servir como un modelo de respuesta ante situaciones similares en el futuro [6].
Conclusión
El acuerdo entre la Universidad de Toronto y Harvard representa un esfuerzo notable para proteger la educación de los estudiantes internacionales en medio de un clima político incierto. A medida que las tensiones sobre las políticas de inmigración y educación continúan, la colaboración entre universidades podría ser clave para garantizar que los estudiantes tengan acceso a la educación que merecen, incluso en tiempos difíciles. Este tipo de iniciativas también podría tener repercusiones en cómo se gestionan las políticas educativas y de inmigración en Europa y España, donde la movilidad internacional de estudiantes es cada vez más relevante.
Fuentes
Sobre la autora
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal, especializada en asuntos globales y política internacional.