La Universidad de Michigan utiliza investigadores encubiertos para vigilar a los estudiantes que protestan por Gaza
Recientemente, la Universidad de Michigan ha sido objeto de controversia tras revelarse que está utilizando investigadores encubiertos para vigilar a grupos estudiantiles pro-Palestinos. Esta práctica, que incluye el seguimiento de estudiantes tanto dentro como fuera del campus, ha generado preocupación sobre la libertad de expresión y los derechos de los estudiantes en el contexto de las manifestaciones en apoyo a Gaza.

Detalles de la vigilancia encubierta
Según informes, los investigadores han estado grabando de forma furtiva y escuchando conversaciones de los estudiantes. Esta vigilancia ha sido descrita por algunos estudiantes como una táctica de intimidación. Entre las acusaciones, se incluye que los investigadores han agredido verbalmente a los estudiantes y, en un caso extremo, han intentado atropellar a uno de ellos, lo que ha llevado a un clima de miedo y desconfianza en el campus [1].
Los estudiantes han identificado y confrontado a estos investigadores en varias ocasiones. En situaciones documentadas, un investigador fingió tener una discapacidad y acusó falsamente a un estudiante de intentar robarle. Estos incidentes han sido grabados en video, lo que ha permitido a los estudiantes demostrar el acoso al que están siendo sometidos [2].

Implicaciones financieras y legales
La Universidad de Michigan ha gastado al menos $800,000 en un período de tiempo relativamente corto en el servicio de la empresa de seguridad privada City Shield, que es la responsable de estos investigadores encubiertos. Este gasto ha generado críticas sobre el uso de fondos públicos para intimidar a estudiantes que ejercen su derecho a manifestarse [3].
La situación se ha intensificado desde que se autorizaron recientes redadas a estudiantes por parte de las autoridades estatales y federales, lo que ha llevado a un aumento de la vigilancia sobre los grupos activistas en el campus [4].

Reacciones de los estudiantes
Katarina Keating, una de las estudiantes afectadas y miembro de Students Allied for Freedom and Equality (Safe), ha expresado que esta situación la ha hecho sentir constantemente nerviosa. Sin embargo, también ha señalado el absurdo de que la universidad gaste grandes sumas de dinero en este tipo de vigilancia, calificándola como una "pérdida de tiempo y recursos" [5].
Posición de la universidad
La Universidad de Michigan ha declarado que no ha recibido quejas formales sobre la conducta de los investigadores. Sin embargo, no ha negado la existencia de la vigilancia, lo que ha llevado a cuestionar la transparencia y la ética de sus acciones en relación a los derechos de los estudiantes [6].
Conclusión
La revelación de que la Universidad de Michigan emplea investigadores encubiertos para vigilar a estudiantes que protestan por Gaza plantea serias interrogantes sobre la libertad de expresión y el derecho a la protesta en entornos académicos. La situación no solo afecta a los estudiantes directamente implicados, sino que también podría tener repercusiones en la percepción pública sobre la gestión de las instituciones educativas ante movimientos sociales contemporáneos en Europa y más allá.
Fuentes
- [1] Guardian
- [2] Guardian
- [3] Guardian
- [4] Guardian
- [5] Guardian
- [6] Guardian
Información del autor
Martina Torres es una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal, especializada en asuntos globales y política internacional. Con una trayectoria en periodismo de investigación, Martina se enfoca en temas que afectan tanto a niveles locales como globales, brindando una perspectiva crítica y bien fundamentada.