Introducción
La reciente declaración de Kristi Noem, Secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, ha suscitado serias preocupaciones en torno a la operación de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y su impacto en la preparación ante desastres en Puerto Rico y otras regiones. Con la llegada de la temporada de huracanes, el futuro de los fondos federales y la capacidad de respuesta ante desastres se han convertido en temas cruciales para comunidades vulnerables, especialmente en contextos donde el cambio climático ha intensificado la frecuencia y gravedad de estos eventos.

Contexto del Presupuesto Federal
En el presupuesto propuesto por el presidente Trump para el año fiscal 2026, se contempla un aumento significativo de los fondos destinados al Departamento de Seguridad Nacional, alcanzando los 175 mil millones de dólares. Sin embargo, este aumento plantea interrogantes sobre el futuro de FEMA, especialmente en un contexto donde se prevén recortes drásticos a su financiación y operación. Según informes, el enfoque del gobierno se está moviendo hacia una mayor responsabilidad para los gobiernos estatales y locales en la gestión de emergencias, lo que podría dejar a muchos territorios sin el apoyo necesario en momentos críticos [1].

Impacto en Puerto Rico
Durante una reciente sesión del Congreso, el Comisionado Residente de Puerto Rico, Pablo José Hernández, cuestionó a Noem sobre la liberación de fondos de FEMA que ya estaban obligados para el territorio. Sin embargo, Noem no pudo confirmar la disponibilidad de estos recursos, reconociendo que la agencia ha fallado en cumplir sus compromisos hacia Puerto Rico, un hecho que podría tener repercusiones devastadoras en la preparación y respuesta ante desastres [2].
La situación es particularmente preocupante dado que Puerto Rico ha enfrentado desafíos significativos en su recuperación tras el huracán María. Con el anuncio de la cancelación de programas como el de Infraestructura y Comunidades Resilientes (BRIC), se estima que el gobierno puertorriqueño podría perder más de 4.7 millones de dólares [3]. Este recorte afecta no solo a la infraestructura, sino también a la capacidad de las comunidades para prepararse adecuadamente ante futuros desastres.

Repercusiones en el Contexto Europeo
Los cambios en la política de FEMA y la estrategia del gobierno estadounidense pueden tener eco en Europa, donde las comunidades también se enfrentan a desafíos relacionados con el cambio climático. Con el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, las lecciones aprendidas en Puerto Rico podrían servir de advertencia para que los países europeos evalúen sus propios sistemas de respuesta ante desastres y la dependencia de la financiación federal para la recuperación.
- La creciente frecuencia de desastres naturales a nivel global.
- La necesidad de fortalecer las capacidades locales en la gestión de emergencias.
- La importancia de la colaboración internacional en la preparación y respuesta ante desastres.
Conclusión
La incertidumbre que rodea a FEMA y su futuro bajo la administración de Kristi Noem es un reflejo de un cambio más amplio en la política de gestión de emergencias en Estados Unidos. Con la temporada de huracanes a la vista, es esencial que se garantice la disponibilidad de recursos para Puerto Rico y otras áreas vulnerables. A nivel global, este es un momento crítico para reflexionar sobre cómo se pueden mejorar los sistemas de respuesta ante desastres y asegurar que las comunidades estén adecuadamente preparadas para enfrentar los desafíos climáticos que se avecinan.
Fuentes
- [1] Trump and Noem detail planned FEMA changes
- [2] Trump's plan to begin 'phasing out' FEMA
- [3] Kristi Noem considers limiting FEMA's role
Información del autor
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.