Introducción
En un contexto global marcado por la creciente preocupación por el cambio climático, un reciente estudio del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) arroja luz sobre la huella de carbono de la aviación privada. Este informe revela que cada jet privado emite, en promedio, tanto dióxido de carbono como 177 automóviles en un año, lo que plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de este modo de transporte, especialmente en Europa y España.

Impacto de la aviación privada en el medio ambiente
El estudio destaca que la aviación privada generó, en 2023, emisiones equivalentes a todos los vuelos que salieron del aeropuerto de Heathrow, el más grande de Europa. En total, se identificaron 3.57 millones de vuelos privados, con cada jet emitiendo un promedio de 810 toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) anualmente. Esta cifra equivale a las emisiones de 177 coches o nueve camiones pesados [1].

Emisiones y tendencias en la aviación privada
En 2022, la aviación privada emitió aproximadamente 23.74 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO₂e), representando casi el 4% de las emisiones totales de la aviación civil. Sin embargo, en 2023, estas emisiones se redujeron a 19.5 millones de toneladas de CO₂e, lo que aún representa un aumento del 25% en comparación con hace una década [3].

Volatilidad en la actividad de los jets privados
El informe indica que la actividad de la aviación privada es más volátil que la de la aviación comercial. Esto se debe a que, a diferencia de las aerolíneas comerciales, que tienen un fuerte incentivo para optimizar el número de vuelos, los jets privados tienden a permanecer inactivos cuando la demanda disminuye. Esta dinámica se ha observado especialmente desde la pandemia, cuando las rutas comerciales comenzaron a recuperarse a niveles anteriores [3].
Perspectiva sobre la equidad y la necesidad de regulación
A pesar de que las emisiones de los jets privados representan una pequeña proporción del total, la pregunta de la equidad es fundamental. Los usuarios de jets privados, que son en su mayoría individuos de altos ingresos, generan una cantidad desproporcionada de contaminación. Según Dan Rutherford, uno de los investigadores, “los jets privados son una fuente significativa de contaminación por GEI, y, dado el lujo de sus usuarios, los gobiernos deberían considerar gravar sus emisiones para financiar la descarbonización de la aviación y las iniciativas de mitigación del cambio climático” [1].
Conclusión
El estudio del ICCT pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la huella de carbono de la aviación privada, especialmente en un continente como Europa, donde las políticas ambientales son cada vez más estrictas. La introducción de regulaciones que graven las emisiones de los jets privados podría ser un paso necesario hacia un futuro más sostenible y equitativo. La situación actual plantea un dilema: mientras los más ricos continúan disfrutando de un transporte altamente contaminante, los más vulnerables enfrentan las consecuencias del cambio climático.
Fuentes
- Cada jet privado emite en un año tanto como 177 automóviles, según un estudio [1]
- Emisiones de jets privados superan a todos los vuelos de Heathrow [3]
Información del autor
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.