Los Trump están monetizando la presidencia como nunca antes. Pero, ¿dónde está la indignación?
La administración de Donald Trump ha sido objeto de un intenso escrutinio en relación con el uso de su cargo para fines personales. Según observadores de corrupción, esta gestión se perfila como una de las más descaradas en la historia de Estados Unidos. Este artículo explora cómo la familia Trump ha logrado capitalizar su posición en el poder y por qué la indignación pública parece ser mínima.

Un precedente histórico
En el pasado, el uso de influencias políticas para beneficios personales ha generado escándalos significativos. Un caso emblemático fue el de Hillary Clinton, quien enfrentó críticas por un lucro obtenido de una inversión en futuros de ganado. Aunque este episodio ocurrió mucho antes de que su esposo asumiera la presidencia, provocó una controversia que obligó a la Casa Blanca a realizar una revisión exhaustiva. En contraste, la reciente gestión de Trump ha visto a figuras clave, como Jeff Bezos, financiar proyectos muy lucrativos que benefician directamente a la familia presidencial, sin una respuesta pública similar.

¿Dónde está la indignación?
A pesar de los claros conflictos de interés, la reacción del público y de los medios ha sido notablemente apagada. Por ejemplo, Bezos acordó financiar una película promocional sobre Melania Trump que podría generar hasta 28 millones de dólares para ella, una cantidad que supera con creces los beneficios económicos que obtuvo Clinton en su momento [1]. Este tipo de transacciones plantea preguntas serias sobre la ética y la integridad en el uso de la oficina presidencial.

Impacto en los mercados europeos
El fenómeno de la monetización de la política no solo afecta a Estados Unidos, sino que también tiene repercusiones en los mercados europeos. La percepción de corrupción puede influir en las relaciones comerciales y en la inversión extranjera directa. Los inversores europeos, que suelen valorar la transparencia y la ética empresarial, podrían reconsiderar sus estrategias en un entorno donde la política está íntimamente ligada a los intereses económicos personales de los líderes.
Conclusión
La administración de Trump ha establecido un nuevo estándar en la forma en que se puede monetizar la política. A pesar de la gravedad de los conflictos de interés y la falta de respuesta pública, el fenómeno continúa. Esta situación no solo plantea interrogantes sobre la ética del liderazgo, sino que también podría tener consecuencias duraderas en el ámbito económico, tanto en los Estados Unidos como en Europa.
Fuentes
- Trump Profits Like No Other President, as Outrage Is Muted [1]
- The Trumps are monetising the presidency like never before. But where ... [2]
- Corruption Is the New Normal: Trump Cashes in on Second Presidency [3]
- Here's How Much Money Trump Has Made Off the Presidency So Far [4]
- How Trump family business ventures stand to directly benefit the ... [5]
Sobre la autora
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.