Las pandillas de Haití tienen 'control casi total' de la capital mientras la violencia se intensifica, según la ONU
La situación en Haití se ha vuelto crítica, con las pandillas tomando el control casi total de la capital, Puerto Príncipe. Según informes de funcionarios de la ONU, cerca del 90% de la ciudad está bajo el dominio de grupos criminales, lo que ha llevado a un aumento significativo de la violencia en un país que ya enfrenta profundas crisis socioeconómicas.

El auge del control de las pandillas
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, las pandillas han consolidado su poder, controlando ahora aproximadamente el 90% de Puerto Príncipe. Este control ha tenido consecuencias devastadoras para la población, que se enfrenta a un vacío de autoridad y un colapso de los servicios públicos.
Ghada Fathy Waly, directora ejecutiva de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), ha señalado que la expansión de la violencia no se limita a la capital, sino que también se ha extendido a áreas que anteriormente eran más pacíficas, como el sur del país. Las pandillas ahora están utilizando rutas de tierra clave, como los cruces de Belladere y Malpasse, para llevar a cabo ataques contra la policía y los funcionarios de aduanas [1].

Impacto en la economía y la vida cotidiana
El aumento del control de las pandillas ha paralizado el comercio legal, lo que ha llevado a un incremento en los precios de productos esenciales como el combustible y el arroz, que es un alimento básico en la dieta haitiana. La incapacidad del estado para proporcionar servicios adecuados ha permitido que los grupos criminales establezcan estructuras de gobernanza paralelas [2].
El secretario general adjunto de la ONU, Miroslav Jenca, advirtió que la situación podría llevar al colapso total de la presencia estatal en la capital si no hay una acción internacional sustancial y urgente para abordar la crisis [3].

Reacción internacional y la respuesta local
En respuesta a la creciente violencia, ha habido un aumento en el número de empresas de seguridad privada y grupos de autodefensa. Sin embargo, la efectividad de estas iniciativas es cuestionable, ya que algunos de estos grupos operan de manera ilegal y se coluden con las pandillas [4].
A pesar de los esfuerzos de una misión respaldada por la ONU que llegó a Haití el año pasado, el personal ha sido insuficiente para hacer frente a la magnitud del problema, con solo el 40% de los 2,500 efectivos planificados presentes en el país [5].
Conclusión
La situación en Haití es un reflejo de una crisis multifacética que amenaza no solo la seguridad del país, sino también su estabilidad económica y social. La comunidad internacional enfrenta un desafío urgente para actuar y evitar un colapso total en Puerto Príncipe. Es fundamental que se tomen medidas concretas para restaurar la gobernanza y la seguridad en Haití, garantizando así un futuro sostenible para sus ciudadanos.
Fuentes
- [1] Haití - Wikipedia. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Hait%C3%AD
- [2] Haïti - Wikipedia. Disponible en: https://nl.wikipedia.org/wiki/Ha%C3%AFti
- [3] Haitin ja Yhdysvaltain suhteet - Wikipedia. Disponible en: https://fi.wikipedia.org/wiki/Haitin_ja_Yhdysvaltain_suhteet
- [4] Haiti - Globalis. Disponible en: https://globalis.fi/Maat/Haiti
- [5] Haiti - The World Factbook. Disponible en: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/haiti/
Información del autor
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.