Introducción
Kabul, la capital de Afganistán, enfrenta una crisis de agua sin precedentes que podría convertirla en la primera ciudad moderna en quedarse completamente sin este recurso vital. Según un informe de la ONG Mercy Corps, la situación es crítica y requiere atención internacional urgente.

Causas de la crisis hídrica
El informe detalla que los niveles de agua en los acuíferos de Kabul han disminuido hasta 30 metros en la última década. Esta disminución es atribuible a dos factores principales: la urbanización rápida y el cambio climático [1]. Además, casi la mitad de los pozos de la ciudad, que son la principal fuente de agua potable para sus 7 millones de habitantes, han dejado de funcionar.

Explotación insostenible de recursos
La extracción de agua en Kabul actualmente supera la tasa de recarga natural en 44 millones de metros cúbicos cada año [2]. Si estas tendencias continúan, se estima que todos los acuíferos de la ciudad podrían agotarse para 2030, lo que representaría una amenaza existencial para su población.

Contaminación del agua
Además de la escasez, la contaminación del agua es otro desafío significativo. Hasta el 80% de las aguas subterráneas de Kabul se consideran inseguras, con altos niveles de contaminación por desechos, salinidad y arsénico [3]. Esta situación ha llevado a que muchas familias dediquen hasta el 30% de sus ingresos a adquirir agua, y más de dos tercios de los hogares han incurrido en deudas relacionadas con el agua.
Impacto en la población
La crisis hídrica ha generado una lucha diaria por acceder al agua. Nazifa, una profesora del vecindario de Khair Khana, comparte su experiencia: “Cada hogar enfrenta dificultades, especialmente aquellos con bajos ingresos. El agua de pozo de calidad adecuada simplemente no existe” [4]. Algunos empresarios han aprovechado esta crisis, excavar nuevos pozos y vender el agua a precios inflados, exacerbando así la situación.
Reacción internacional y ayuda humanitaria
La falta de gobernanza centralizada y regulación ha perpetuado el problema durante décadas. En este contexto, la oficina de coordinación de asuntos humanitarios de la ONU ha señalado que solo se han recibido $8.4 millones de los $264 millones necesarios para implementar programas de agua y saneamiento en Afganistán [5]. Además, más de $3 mil millones en financiamiento internacional para agua y saneamiento se han congelado desde el regreso al poder de los talibanes en agosto de 2021.
Conclusión
La crisis hídrica en Kabul es un claro recordatorio de las consecuencias de la urbanización descontrolada y el cambio climático. A medida que la ciudad se aproxima a un punto de inflexión, se vuelve crucial que la comunidad internacional actúe para abordar las necesidades de agua de Afganistán. Ignorar esta crisis no solo afectará a sus habitantes, sino que también podría resultar en un aumento de la migración y más dificultades para el pueblo afgano.
Fuentes
- [1] Kabul podría ser la primera ciudad moderna en quedarse sin agua
- [2] Kabul podría quedarse sin agua para 2030
- [3] Kabul en riesgo de quedarse sin agua
- [4] Kabul podría ser la primera ciudad moderna en quedarse sin agua a medida que se agota la ayuda extranjera
- [5] Kabul enfrenta una crisis de agua mortal
Sobre la autora
Martina Torres es una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal, especializada en asuntos globales y política internacional.