Guerra comercial de Trump: empresas estadounidenses quieren que canadienses viajen al sur

A medida que la temporada turística de verano se intensifica, algunos canadienses han decidido boicotear los viajes a Estados Unidos. En este contexto, los estados de Nueva Inglaterra y los propietarios de negocios están realizando esfuerzos para atraer nuevamente a los turistas canadienses. Este fenómeno ha tenido repercusiones significativas no solo en la economía local de esos estados, sino también en el mercado europeo y español, donde se observa un interés creciente por el turismo estadounidense.

El impacto en el turismo de Nueva Inglaterra

Los datos indican una disminución notable en la llegada de turistas canadienses a Maine, que tradicionalmente ha sido un destino atractivo por su costa accidentada y sus playas de arena. Por ejemplo, desde febrero hasta mayo, los cruces fronterizos hacia Maine cayeron un 27% en comparación con el año anterior. Esta tendencia se ha sentido también en otros estados del noreste de EE. UU.:

Massachusetts espera una disminución del 20% en las reservas hoteleras.
Vermont reporta una caída del 45% en las reservas hoteleras por parte de canadienses.
En Nueva York, las reservas han disminuido en un 45%.

Los propietarios de negocios, como David Rowland, co-propietario de York Beach Beer Company, han notado una reducción en la afluencia de turistas canadienses y han expresado su deseo de que estos regresen. "No tengan miedo de nosotros. No tenemos miedo de ustedes", comentó Rowland, instando a los canadienses a reconsiderar su decisión de evitar viajar a EE. UU. [2].

Las razones detrás del boicot

Los gobernadores demócratas han atribuido esta caída en el turismo a la retórica del presidente Donald Trump, quien ha insinuado varias veces su deseo de integrar a Canadá como el 51º estado de EE. UU. Además, la imposición de aranceles a productos canadienses, como el acero y el aluminio, ha generado tensiones que han afectado la percepción de seguridad y hospitalidad en el contexto de los viajes transfronterizos.

La gobernadora de Maine, Janet Mills, subrayó que no son solo los aranceles lo que han impactado a los negocios, sino también el "orgullo herido" de los ciudadanos canadienses [2]. Este sentimiento ha llevado a los líderes provinciales en Canadá, como el primer ministro de Ontario, Doug Ford, a fomentar el turismo interno, recomendando a los canadienses visitar destinos dentro de su propio país en lugar de EE. UU. [2].

Iniciativas para recuperar el turismo canadiense

En respuesta a esta caída en el turismo, Maine ha implementado diversas estrategias para atraer nuevamente a los canadienses. Se han colocado señales de bienvenida en los cruces fronterizos y en los centros de visitantes turísticos. Además, la gobernadora está programada para visitar Nueva Brunswick y Nueva Escocia con el objetivo de promover su estado como un destino seguro y acogedor [2].

Conclusión

La guerra comercial de Trump ha dejado una huella significativa en el turismo entre EE. UU. y Canadá, afectando la economía local de los estados de Nueva Inglaterra y generando un cambio en las dinámicas de viaje. La comunidad empresarial está tomando medidas para recuperar la confianza de los turistas canadienses, al tiempo que se observa un creciente interés por parte de los españoles en explorar destinos estadounidenses, que podría verse afectado por la situación actual. La relación entre ambos países sigue siendo compleja, y el futuro del turismo dependerá de la evolución de estas tensiones comerciales y políticas.

Fuentes

Información del autor

El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.

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