El poder blando viral de China y las heridas autoinfligidas de América
El poder blando, entendido como la capacidad de influir a través de la atracción en lugar de la coerción, ha sido un pilar fundamental en la influencia internacional. Durante décadas, Estados Unidos ha sido considerado el líder global en este ámbito, gracias a sus ideales democráticos, dinamismo económico, innovación tecnológica y vibrantes exportaciones culturales.
No obstante, un artículo reciente de The Economist titulado “Cómo China se volvió cool” sugiere que el panorama del poder blando está experimentando una profunda transformación. Mientras que China logra un éxito inesperado en la construcción de una imagen “cool” a través de fenómenos culturales emergentes y su destreza tecnológica, Estados Unidos, ejemplificado por su tratamiento reciente de instituciones como la Universidad de Harvard, parece estar socavando paradójicamente los fundamentos de su atractivo perdurable.

El auge del "factor cool" de China
El ascenso del “factor cool” de China es un relato que se aleja de la “propaganda de partido pesada” que históricamente ha tenido poco impacto en el extranjero. En cambio, su éxito se construye mediante fuerzas aparentemente independientes del control estatal, como por ejemplo, carismáticos creadores de contenido occidentales que muestran la rica historia, la amabilidad de su gente y la tecnología avanzada de China. Un ejemplo notable es el streamer IShowSpeed, cuya exclamación “China es diferente, hermano”, dirigida a 38 millones de seguidores, tiene más peso que cualquier comunicado de prensa oficial.
Este respaldo orgánico, amplificado por plataformas globales como TikTok, conecta con una demografía juvenil que se preocupa menos por las narrativas políticas y más por la vitalidad cultural y la innovación tecnológica.

Impacto de los productos culturales chinos
Más allá de los videos virales, los productos culturales chinos están logrando importantes progresos en el mercado internacional. El éxito global de videojuegos como Genshin Impact y Black Myth Wukong, que se nutren del folclore chino y atraen a millones fuera de las esferas de habla mandarín, demuestra una poderosa exportación cultural que elude a los tradicionales filtros de los medios. Además, los vehículos eléctricos chinos, drones de consumo y avances en inteligencia artificial, como DeepSeek, proyectan una imagen de una nación tecnológicamente avanzada e innovadora.

Un poder blando “de abajo hacia arriba”
Este poder blando “de abajo hacia arriba”, que surge de exportaciones culturales y avances tecnológicos que resuenan directamente con las audiencias globales, es posiblemente mucho más efectivo que cualquier campaña liderada por el gobierno. Presenta a China como una nación dinámica, creativa y orientada hacia el futuro, capaz de inspirar un interés y admiración genuinos, especialmente entre las generaciones más jóvenes que valoran la autenticidad y el compromiso sobre los mensajes curados.
Atractivo en declive de América
En marcado contraste con el enfoque evolutivo de China, los recientes acontecimientos en Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a instituciones académicas de prestigio como la Universidad de Harvard, ilustran una tendencia preocupante de autolesionarse en su poder blando. Históricamente, la educación superior estadounidense ha sido un imán sin igual para el talento global, un símbolo de libertad intelectual, indagación rigurosa y discurso abierto. Instituciones como Harvard encarnan la promesa de la meritocracia, la innovación y la libertad de expresión.
Sin embargo, el tratamiento de estas instituciones en el contexto político actual plantea interrogantes sobre su capacidad para seguir atrayendo a estudiantes internacionales y talentos clave, lo que podría tener un impacto directo en la percepción global de la cultura estadounidense y su capacidad para influir en el extranjero [2].
Conclusión
El poder blando de China está en ascenso, impulsado por una combinación de cultura, tecnología y autenticidad que resuena especialmente con las generaciones más jóvenes. Mientras tanto, Estados Unidos enfrenta un desafío significativo, con el riesgo de erosionar su atractivo global debido a decisiones autoinfligidas que afectan su imagen internacional. A medida que el equilibrio de poder blando se redefine, tanto en Europa como en España, será crucial observar cómo estas dinámicas influyen en las relaciones internacionales y en la percepción cultural de ambas naciones.
Fuentes
- China's Viral Soft Power and America's Self-Inflicted Wounds [1]
- China's Viral Soft Power and America's Self-Inflicted Wounds [2]
- America's Soft-Power Retreat [3]
- America's Self-Inflicted Wound In Central Asia [4]
- America's globalization wounds are self-inflicted [5]
Sobre la autora
Martina Torres es una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.