Introducción
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., ha reorientado la estrategia de su gobierno en la lucha contra las drogas, enfocándose en los pequeños traficantes de drogas. Esta decisión ha suscitado preocupaciones sobre un posible reinicio de la violenta campaña antidrogas de su predecesor, Rodrigo Duterte. En este contexto, se analiza el impacto de esta política tanto en Filipinas como en los mercados españoles y europeos, donde el tráfico de drogas y la seguridad son temas de relevancia creciente.

Cuerpo Principal
Nueva Estrategia Contra las Drogas
Marcos Jr. ha instruido a la policía para intensificar las operaciones contra los pequeños distribuidores de drogas, argumentando que es necesario atender el problema en las comunidades. En un reciente podcast, el presidente admitió que los criminales están recuperando terreno y que su administración no había prestado suficiente atención a la situación local. “No prestamos atención a los que están en el terreno”, dijo Marcos, enfatizando la necesidad de una respuesta más contundente hacia el consumo y distribución de drogas [1].

Consecuencias de la Estrategia
Durante el mandato de Duterte, miles de personas fueron asesinadas en operaciones policiales, generando una ola de críticas internacionales y provocando investigaciones por crímenes de lesa humanidad. Aunque Marcos ha afirmado que su enfoque será “sin sangre”, la reactivación de la caza de pequeños traficantes ha levantado alarmas sobre posibles abusos [2][6].

Repercusiones en Filipinas y Más Allá
La reciente dirección del presidente ha sido respaldada por el nuevo jefe de la policía, quien ha ordenado a las unidades capturar a todos los violadores de la ley, desde grandes narcotraficantes hasta vendedores callejeros. Sin embargo, ha enfatizado que las operaciones deben realizarse “a través de medios legales y éticos”, lo que ha sido bien recibido por la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas [5][7].
Este cambio de enfoque podría tener repercusiones más amplias en los mercados europeos, especialmente considerando que el tráfico de drogas es un problema global que afecta la seguridad y el bienestar social. Las políticas de Filipinas podrían influir en cómo otros países manejan sus propias crisis de drogas y crimen organizado, así como en las dinámicas del comercio de drogas a nivel internacional.
Conclusión
La decisión de Ferdinand Marcos Jr. de reforzar la lucha contra los pequeños traficantes de drogas marca un cambio significativo en la política antidrogas de Filipinas. Si bien el enfoque en el respeto a los derechos humanos es un avance positivo, la potencial reactivación de prácticas violentas plantea serias preocupaciones. La comunidad internacional, incluidos los países europeos, debería seguir de cerca estos desarrollos, ya que la forma en que Filipinas maneje su crisis de drogas podría tener implicaciones globales en la seguridad y el comercio ilícito.
Fuentes
- [1] Philippine President Wants Police to Target Small-Time Drug Dealers
- [2] PNP targets drug syndicates and small-time drug dealers
- [3] Marcos to Torre: Return to hunting small-time drug dealers
- [4] 'Focus ulit sa small-time': Marcos Jr. pivots to 'grassroots' drug operations
- [5] Marcos: Law enforcers to go after small-scale drug dealers
- [6] President Marcos Jr. hasn't put an end to killings in the Philippines
- [7] Marcos' drug war triples Duterte-era seizures in same period—PNP
Sobre la autora
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal, especializada en asuntos globales y política internacional.