Un periodista saudí tuiteó en contra del gobierno y fue ejecutado por 'alta traición'
La reciente ejecución de Turki al-Jasser, un periodista saudí, ha suscitado una ola de preocupación en el ámbito de la libertad de expresión y los derechos humanos en Arabia Saudita. Este hecho marca un hito significativo, ya que es la primera ejecución de un periodista de alto perfil desde el asesinato de Jamal Khashoggi en 2018. La situación plantea interrogantes sobre el estado de la disidencia y el tratamiento de los medios en el reino saudí.

Contexto de la ejecución
El ministerio del Interior saudí anunció el sábado que Turki al-Jasser fue ejecutado en Riad por crímenes que incluyen “alta traición al comunicarse y conspirar contra la seguridad del Reino con individuos en el extranjero” [1]. Se cree que al-Jasser tenía alrededor de 40 años y había estado detenido durante siete años. Durante su encarcelamiento, se alegó que había sido sometido a torturas, lo que genera serias preocupaciones sobre las condiciones de los prisioneros políticos en el país.

La relevancia del caso de al-Jasser
Al-Jasser, conocido por ser el fundador del blog de noticias Al-Mashhad Al-Saudi, había utilizado su plataforma para abordar temas como los derechos de las mujeres y la situación en Palestina. Sin embargo, fue su actividad en una cuenta de Twitter anónima lo que llevó a su arresto. Esta cuenta criticaba a la familia real saudí por corrupción y violaciones de derechos humanos, lo que provocó la ira de las autoridades [2].
Abdullah Alaoudh, director senior del Centro de Democracia en Medio Oriente, comentó: “Turki tenía dos cuentas de Twitter. Mientras que era vocal usando su nombre real, era incluso más satírico y crítico con la otra cuenta, que estaba en la mira del gobierno saudí” [3]. Las autoridades saudíes habían logrado identificar a los propietarios de numerosas cuentas anónimas tras infiltrarse en Twitter entre 2014 y 2015, lo que llevó a la detención de varios disidentes.

Diferencias con el caso Khashoggi
A pesar de las similitudes en la gravedad de ambos casos, las circunstancias que rodean el asesinato de Khashoggi y la ejecución de al-Jasser son marcadamente diferentes. Mientras que Khashoggi fue asesinado en el consulado saudí en Estambul, el caso de al-Jasser pone de relieve un patrón más amplio de represión a la disidencia a través del uso de la tecnología y la vigilancia [4].
Conclusión
La ejecución de Turki al-Jasser es un recordatorio sombrío del costo de la disidencia en Arabia Saudita y un indicativo de la creciente represión contra la libertad de expresión en el país. Este evento no solo afecta a los periodistas y activistas en Arabia Saudita, sino que también debería preocupar a la comunidad internacional y a los defensores de los derechos humanos en toda Europa. La situación actual exige una respuesta coordinada de los países europeos, que deben considerar las implicaciones de sus relaciones con un régimen que recurre a la violencia para silenciar las voces críticas.
Fuentes
- [1] Anuncio del ministerio del Interior saudí sobre la ejecución de Turki al-Jasser.
- [2] Reportes sobre la actividad de al-Jasser en redes sociales y sus críticas al gobierno.
- [3] Comentarios de Abdullah Alaoudh sobre la situación de al-Jasser.
- [4] Análisis de las diferencias entre el caso de Khashoggi y el de al-Jasser.
Información del autor
El autor de este artículo es Martina Torres, una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal especializada en asuntos globales y política internacional.