Introducción
El asesinato de George Floyd en 2020 marcó un hito en la lucha contra la brutalidad policial y el racismo sistémico en Estados Unidos. Este trágico evento no solo provocó protestas masivas a lo largo del país, sino que también generó promesas de cambio y reformas en el ámbito policial. Sin embargo, cinco años después, muchos de esos compromisos han quedado sin cumplir, lo que plantea serias cuestiones sobre la efectividad de los avances logrados en la materia.

El impacto del asesinato de George Floyd
El 25 de mayo de 2020, el mundo fue testigo de un video desgarrador que mostraba cómo un oficial de policía presionaba el cuello de Floyd con su rodilla mientras este repetía “no puedo respirar”. Esta escena puso de relieve la brutalidad policial contra la comunidad negra y avivó un movimiento global clamando por justicia y reformas. Las protestas abarcaron las 50 estados de EE. UU. y resonaron en diversas partes del mundo, incluyendo Europa, donde se realizaron manifestaciones en solidaridad con la lucha contra el racismo.

Promesas de cambio
Tras el asesinato de Floyd, se prometieron reformas significativas tanto a nivel estatal como federal. Algunas ciudades y estados implementaron cambios, como la prohibición de llaves de estrangulación y la mejora en la transparencia de las políticas de uso de la fuerza. Sin embargo, a nivel federal, las reformas han sido limitadas y con frecuencia, insuficientes.

El estancamiento en el Congreso
El George Floyd Justice in Policing Act fue propuesto como una solución integral para abordar las violaciones en el uso de la fuerza y mejorar la rendición de cuentas de los cuerpos policiales. Sin embargo, este proyecto de ley sigue estancado en el Congreso, lo que representa un incumplimiento de las promesas hechas a las comunidades afectadas y a la sociedad en general. En 2024, se registraron 1,175 muertes a manos de la policía en Estados Unidos, el año más mortal hasta la fecha, lo que subraya la urgencia de reformas efectivas [1].
Perspectiva europea y local
La situación en Estados Unidos ha repercutido en Europa, donde los movimientos antirracistas han ganado impulso en respuesta a la brutalidad policial. En España, el caso de George Floyd ha generado un debate sobre la violencia policial y los derechos humanos, llevando a la sociedad a cuestionar las prácticas y políticas en el ámbito de la seguridad. Aunque España no ha enfrentado incidentes tan notorios como el de Floyd, la percepción de la brutalidad policial y el racismo sistémico está en la agenda pública.
Conclusión
El asesinato de George Floyd fue un llamado a la acción que no debe ser olvidado. La falta de avances significativos a nivel federal en Estados Unidos y el estancamiento del George Floyd Justice in Policing Act son una traición a las promesas realizadas. En un contexto donde las tensiones raciales y la brutalidad policial siguen siendo temas candentes no solo en EE. UU. sino también en Europa, es vital que se tomen medidas concretas para asegurar justicia y equidad en las prácticas policiales. La lucha por un cambio real continúa, y es responsabilidad de todos exigir rendición de cuentas y justicia.
Fuentes
- America made a promise after George Floyd's murder that Congress hasn't kept [1]
- Five years after George Floyd's death, activists say the promise of change remains unfulfilled [2]
- Five years after George Floyd's murder, U.S. sees sharp reversal in support for racial equity efforts [3]
- Four Years After George Floyd's Murder, Congress Has Unfinished Work to Bring Needed Change [4]
- After George Floyd's murder, U.S reverses on many 'racial reckoning' efforts [5]
Sobre la autora
Martina Torres es una reportera sénior de noticias internacionales para ElPulsoGlobal, especializada en asuntos globales y política internacional. Su trabajo se centra en la intersección de la economía y la tecnología, así como en la destacada cobertura de los derechos humanos y las injusticias sociales a nivel global.